Tuesday, September 27, 2011

Es tiempo de soltar Amarras

Es tiempo de soltar amarras… Aquí dejo todo lo que me hace daño. Es tiempo de ser más fluida con la gente, conmigo misma. Es momento de dejar ir. De permitir que el viento me despeine y me sacuda; que se lleve el resentimiento, que mi alma perdone deudas y deudores.
Es tiempo de que me perdone a mí misma; ya me regañé bastante. Fueron muchas las piedras que yo misma puse en mi camino; los puentes dinamitados…
Para autocastigo ya estuvo bueno; elijo el camino de la aceptación; es más barato.
Acepto y entiendo que merezco empezar de cero; con alma transparente y espíritu tranquilo. En estos momentos que vienen, lo que ha de ser, será.
Entiendo que por más que me angustie, no agregaré a mi estatura un centímetro; es tiempo de relajarme. Dios no me está juzgando; está muy ocupado haciendo otras cosas. Así que ¿Por qué habría yo de hacerlo?
Es hora de levantar las anclas… De liberar cosas, de soltar gente. Nadie tiene que ser como yo quiera. Así están perfectos. Así ha funcionado hasta este momento su vida. Me dedico a atender lo mío, a refundarme.

De vez en cuando viene bien tirar lo que ya no sirve, perdonar. Entre SER FELIZ y TENER RAZÓN, elijo lo primero. Tener la razón es el peor de los desgastes, porque te quita el sueño intentar corregir el universo.
Es hora de soltar amarras, de confiar más en la gente. Me dejo ir. La vida me conduce. En estos momentos quiero un corazón joven, que salte de gusto con el cantar de los pájaros que anuncian la mañana. Como cuando éramos niños. ¿Te acuerdas?
Un alma que sea capaz de asombrarse con el amarillo de los girasoles en el campo, de ver en el cielo un milagro pintado de azul y no sólo un día más, llano y simple.
Es tiempo de soltar amarras y maravillarme. He estado demasiado ocupada para ver las estrellas y no me daba cuenta de que así sostiene Dios al Cielo; con tachuelas de plata, porque el hierro se oxida.
Elijo mirar la sonrisa del sol, siempre está de buenas. Elijo abrazar el aire; me ama lo suficiente para mantenerme vivo. ¿Qué mejor prueba de amor?
Afortunadamente, Dios me dio la facultad de elegir. Elijo controlar a mis propios demonios, es más… he decidido darles vacaciones.
Eso de la omnipotencia me estaba dando gastritis. Es tiempo de soltar amarras, de levantar las anclas, de dejarme en paz. De tanto pelear conmigo se me estaba olvidando a qué sabe la sonrisa.
Qué bien es cuando no controlas a nadie, cuando no pides cuentas, cuando tiras a la basura la bitácora de los rencores. En estos momentos, no quiero una bitácora en blanco, ni siquiera un cuaderno; no tengo donde echarlo. La mochila la tiré porque me estaba torciendo la espalda. Así que no pienso apuntar nada.
Así estoy mejor, caminando erguida y a buen paso. Quiero ser más justa; la vida no es un tablero de ajedrez ni las personas caballos o alfiles. Trato a la gente como me gustaría ser tratada. Ser honesta vale.

Quiero y necesito un buen principio y seguir así indefinidamente. Si algo nos debemos, te ofrezco un abrazo, te ofrezco una disculpa. Yo ya me perdoné. ¿Podrías hacerlo vos también? Yo te invito. De este lado está más fresco, más oxigenado.
REDISEÑARSE es una palabra muy comprometedora… ¡Te obliga a caminar sin excusas! Sin nadie a quien echarle la culpa de nada. Pero definitivamente es el camino al Cielo.
Los momentos vividos anteriormente, además de sinsabores, tuvo también sus maravillas; conocí a mucha gente buena y sintonizada con el AMOR y la ESPERANZA; fueron más las sonrisas que las lágrimas.
Caminé de la mano con personas dispuestas a servir al mundo sin nada a cambio y ha sido fascinante encontrarlos. Es tanto y tanta gente a la que tengo que agradecerles; a la familia en que la sangre me puso, y a la familia que la vida me concede en cada rostro que conozco.
NADA ES CASUALIDAD, no hay accidentes en el mundo de la voluntad. Por eso, sea cual sea la razón por la que estés leyendo estas líneas, y la flojera no te impidió llegar a este párrafo, elijo creer que el universo nos permitió crear este lazo, aún cuando ni siquiera nos hayamos visto.
Elijo creer que ambos estemos dispuestos a sembrar más sonrisas en nosotros mismos y en la gente.
Hoy y siempre, te deseo que Dios te llene de bendiciones.
Acéptalas….
Si sueltas tus amarras, tendrás las manos libres para recibirlas.


Wednesday, September 14, 2011

Escarbando la basura

Es la historia de un hombre que No solo se habia quedado sin trabajo, sino que tampoco tenia nada para comer. Se sentia profundamente humillado al tener que tomar aquella determinación, pero no le quedaba otro recurso. Muy temprano salió de su casilla de tablas,en las afueras de una villa, y agarró para el centro de la ciudad. No iba a buscar trabajo, iba a recorrer los tachos. Porque parecia que lo que a él tanto le andaba faltando, a otros les sobraba hasta para tirar.

A propósito comenzó muy de madrugada su recorrida.No tenia ganas de que nadie lo viera,y además habia que ganarle a los carros de la municipalidad. Destapó uno de los tachos y sintió la repugnancia de tener que escarbar alli para conseguir el pedazo de pan,o la media fruta que seria su alimento aquel dia.

Casi con asco fue seleccionando lo poco aprovechable que lograba sacar. Porque aún en la situación que estaba,conservaba sus delicadezas. En un bolso que llevaba fue guardando lo poco que le parecia más o menos bueno: media galleta, a la que rebanó la parte ya mordida;una manzana de la que separó la parte podrida; un corazón de repollo, del que tiró las hojas marchitas de afuera.

Poco a poco, y tacho a tacho, fue equipando su bolso, dejando atrás suyo y frente a cada parada, un reguero de desperdicios que ni siquiera queria volver a tocar para meterlos nuevamente en los depósitos de residuos. No queria perder tiempo, porque no deseaba que nadie fuera testigo de su situación humillante. Pero en una de esas, al mirar para atrás, vio que tenia un testigo inesperado, alguien que lo seguia. Otro pobre hombre, peor vestido que él mismo, recorria los mismos tachos de basura que él ya habia revisado, y recogia en una bolsita de plástico muchas de las cosas que él habia tirado.

Lo que él habia considerado inservible, a un hermano suyo le serviria ese dia como alimento. Se sintió tan inmensamente conmovido al comprobar lo que estaba sucediendo que, sin pensarlo dos veces, retrocedió y, abriendo su bolso, le entregó al mendigo la mitad de lo que habia juntado. Y al compartir ese poco que tenia se sintió enormemente rico.Y mientras regresaba feliz a su casilla, miraba con compasión a todos los satisfechos que pasaban a su lado,mientras se iba repitiendo su descubrimiento: POBRES... POBRES SON LOS QUE NO SABEN COMPARTIR.

A nosotros nos duele como continente pobre constatar lo que desperdician los Paises Ricos. Pero: ¿Compartiremos lo poco que tenemos, con los pobres de nuestro pueblo?
"Nadie es tan pobre como para no dar ayuda y nadie es tan rico como para no necesitarla" Madre Teresa de Calcuta