Tuesday, December 28, 2010

Cuando somos un milagro

Conducía de vuelta a casa alrededor de las cinco, tras de una reunión, atascado en el tráfico del Bulevar Colorado, cuando el auto comenzó a fallar y se apagó a duras penas pude empujarlo, maldiciendo, a una estación de gasolina, contento solamente de no estar obstruyendo el tráfico y que tendría un lugar más tranquilo para esperar la grúa. Ni siquiera se podía enderezar. Antes de que pudiera hacer la llamada, vi a una mujer saliendo de la tienda de conveniencia que pareció resbalarse sobre el hielo y cayó sobre un dispensador de combustible, por lo que me levanté y fui a ver cómo estaba.

Cuando llegué donde estaba, parecía más bien que había sido más sobrecogida por el llanto que por la caída; era una joven mujer que se veía bastante desaliñada con ojeras alrededor de sus ojos. Dejó caer algo cuando la ayudaba a levantarse y lo recogí para dárselo. Era una moneda de cinco centavos.

En ese momento, todo quedó claro para mí: la mujer llorando, la antiquísima camioneta repleta de cosas con tres muchachos en la parte de atrás (uno en un asiento del auto), y el dispensador de combustible leyendo $4.95. Le pregunté si todo estaba bien y si necesitaba ayuda, a lo que ella seguía diciendo: “No quiero que mis hijos me vean llorando”, así que nos paramos al lado opuesto del dispensador a su auto. Ella dijo que conducía hacia California y que las cosas estaban muy duras para ella en ese momento. Así que le pregunté: “¿Y está orando?” Eso la hizo alejarse de mí un poco, pero le aseguré que no era un loco y le dije: “Él la oyó y me envió”.

Saqué mi tarjeta de crédito y la pasé por el lector de tarjetas para que pudiese llenar el tanque de su auto, y mientras cargaba el combustible, me dirigí al McDonald’s de al lado y compré dos grandes bolsas de comida, algunos certificados de regalo por más, y una gran taza de café.

Ella le dio la comida a los muchachos en el auto, quienes le cayeron como lobos, y nos quedamos parados junto al dispensador comiendo papitas fritas y conversando un poco.

Me dio su nombre y compartió que vivía en Kansas City. Su novio la había abandonado hacía dos meses y no había podido arreglárselas sola. Sabía que no tendría dinero para pagar la renta el 1 de enero por lo que, finalmente, había llamado a sus padres, con quienes no se había comunicado en cinco años. Ellos vivían en California y le dijeron que podía mudarse con ellos y comenzar de nuevo allá. Así que empacó todo lo que poseía en el auto. Le dijo a los muchachos que se iban a California para Navidad, pero no que se mudaban para allá.

Le di mis guantes, un breve abrazo y dije una rápida oración a su favor por seguridad en el viaje. Al dirigirme a mi auto, ella dijo: “Así que, es Ud. un ángel o algo parecido?” Eso, definitivamente, me hizo llorar. Le dije: “Querida, para esta época, los ángeles están muy ocupados, así que a veces, Dios utiliza a gente normal”.

Fue tan increíble ser parte del milagro de alguien. Y, por supuesto, como pueden imaginarlo, cuando me subí a mi auto, encendió de una vez y me llevó a casa sin problema alguno.

Lo meteré al taller mañana para revisarlo, pero sospecho que el mecánico no hallará problema alguno con él. Algunas veces los ángeles vuelan tan cerca de uno que podemos escuchar el batir de sus alas…

Nunca dejes de creer en Dios y en los milagros que él hace. Sobre todo no menosprecies la oportunidad de ver cuando Dios te convierte en un milagro para otros. Hoy podría ser uno de esos días.

De las grandes pruebas que vieron tus ojos, y de las señales y milagros, y de la mano poderosa y el brazo extendido con que el Señor tu Dios te sacó; así hará el Señor tu Dios con todos los pueblos de cuya presencia tú temieres. Deuteronomio 7:19

Monday, December 27, 2010

Amigo o Angel?

¿Sabes tú cuál es la diferencia entre un amigo y un ángel?

Un ángel no nos escoge, Dios nos lo asigna… un amigo nos toma de la mano y nos acerca a Dios.

Un ángel tiene la obligación de cuidarnos, un amigo nos cuida por amor.

Un ángel te ayuda evitando que tengas problemas mientras que un amigo te ayuda a resolverlos.

Un ángel te ve sufrir, sin poder abrazarte, un amigo te abraza por que no quiere verte sufrir.

Un ángel te ve sonreir y observa tus alegrías, un amigo te hace sonreir y te hace parte de sus alegrías.

Un ángel sabe cuando necesitas que alguien te escuche mientras que un amigo te escucha sin decirle que lo necesitas.

Un ángel es en realidad parte de tus sueños, un amigo comparte y lucha porque tus sueños sean una realidad.

Un ángel siempre está contigo ahí, no sabe extrañarnos, un amigo cuando no está contigo, no sólo te extraña, también piensa en ti.

Un ángel vela tus sueños, un amigo sueña contigo.

Un ángel aplaude tus triunfos un amigo te ayuda para que triunfes.

Un ángel se preocupa cuando estas mal, un amigo se desvive porque estés bien.

Un ángel recibe una oración tuya mientras, un amigo hace una oración por ti.

Un ángel te ayuda a sobrevivir.. un amigo vive por ti.

Para un ángel eres una misión que cumplir… para un amigo eres un tesoro que defender…

Un ángel es algo celestial… un amigo es la oportunidad de conocer lo más hermoso que hay en la vida: “el amor y la amistad”…

Un ángel quisiera ser tu amigo… un amigo sin proponérselo lo es.

Proverbios 18:24 “El hombre que tiene amigos, ha de mostrarse amigo: Y amigo hay más conjunto que el hermano.”

Friday, December 17, 2010

Espera lo Mejor.

¿Qué tal si fracaso? ¿Y qué si pierdo? ¿Qué tal si él me odia? ¿Y qué si ella me grita?

Este es el tipo de preguntas que a menudo pasan por nuestra mente cuando nos enfrentamos a decisiones difíciles o a circunstancias penosas. SI hablamos o decimos algo que no es bueno, ¿cómo reparamos el daño? Si actuamos con mucha precipitación y luego fallamos, ¿cómo le miraremos a los ojos de nuevo a nuestros seres queridos?

Una ejecutiva que trabajaba en una compañía de seguros enfrentó estos temores al poco tiempo de asumir un cargo de supervisora. Se dio cuenta de que muchos de los empleados de su departamento recibían sueldos menores que los empleados de otros departamentos que en sí hacían el mismo trabajo.

Como jefa nueva, sabía que era peligroso poner en tela de juicio las decisiones de sus superiores. ¿Qué pensarían de ella? Sin embargo, por el bien de sus empleados, se sintió motivada a vencer esos temores y actuar en esa situación. ¿Cómo lo haría?

Se hizo una pregunta más importante: ¿Qué es lo peor que pueda suceder si yo…? Quizá alguien se enoje, pero eso pasaría. A lo mejor negaban los aumentos de sueldo, pero al menos lo habría intentado. Tal vez perdería su trabajo, pero confiaba en que Dios le podía proveer otro trabajo.

Confiando en Dios para un buen resultado, y negándose a ceder a sus temores, decidió hablar con sus superiores sobre las discrepancias. Cuando lo hizo, no solo se preocuparon en serio, sino que comenzaron a hacer algo al respecto.

Dios está contigo para ayudarte en cualquier situación en que te encuentres. Mira tu situación desde diferentes ángulos y luego mírala desde la perspectiva de Dios. Entonces puedes actuar según la voluntad de Dios y confiar por completo en Él para un gran resultado.

¡Vive hoy tu vida a la manera de Dios! No solo verás mucho crecimiento y victoria, sino que Él rodeará tu vida con favor.

Filipenses 1:27
Pase lo que pase, compórtense de una manera digna del evangelio de Cristo.

Thursday, December 16, 2010

La palabra Siempre

Nos alivia pensar que nuestros hijos vivirán durante toda nuestra vida, que los amigos estarán a nuestro lado hasta el final… que todos los embarazos llegarán a término, que todos los bebés nacerán sanos, y vivirán por muchos años.
Nos empeñamos en jurarnos amor para toda la vida, aún sabiendo que es sólo una expresión de deseos…
En el amor, como en la vida, los “siempre”, los “para toda la vida”, los “nunca”, nos calman… nos eximen de pensar en lo peor, en la muerte, en los imprevistos, en el dolor, en la injusticia, en los imponderables…
Y cuando las cosas no salen como hubiéramos querido, siempre podemos culpar a Dios, al destino, a la mala suerte…
Lo cierto es que la vida se maneja bien distinto… nos sobresalta, nos confunde, nos enoja, nos cambia los planes, y cuando nos acostumbramos, los vuelve a cambiar.
Y que, a la larga, cuando miramos para atrás, cada cosa fue para mejor. Claro, si lo sabemos ver…
Tal vez debiéramos vivir con más entrega, con más ingenuidad, con menos exigencia…
Tal vez debiéramos entender que las personas, las situaciones, están en nuestras vidas por algo, y que a veces la sutil presencia de otro es suficiente para un gran aprendizaje, para un gran cambio.
No son mejores las amistades que duran toda la vida, que aquellas que duran solamente unos días…
No son mejores las relaciones para siempre, que aquellas fugaces, que pueden cambiarnos la vida…
La intensidad no tiene relación con la permanencia en el tiempo…
Nada es para siempre, y cuando podamos comprender eso, entenderemos que cada momento vivido con alguien, cada instante sutil de la vida, tiene un mensaje para darnos, nos ocurre por algo, y que a veces bastan unos pocos segundos para captar el mensaje, y seguir nuestro camino, o dejar libre al otro para que siga el suyo…
Claro que es lindo tener amigos de toda la vida, relaciones intensas y duraderas.
A veces tenemos el privilegio de contar con ellas. Pero otras veces, el roce es fugaz, casi imperceptible.
A veces ni nos cuestionamos para qué tuvo que pasarnos esto en la vida. He aprendido que cuando uno da lo mejor de sí, y toma lo que la vida, o la otra persona tiene para dar, puede seguir su camino en paz, sabiendo que el contacto ha sido posible, y que algo bueno saldrá de ello. Y fundamentalmente, podemos dejar que el otro también se vaya en paz… sin reclamos, sin culpas, sin rencores…

Cada segundo puede ser una eternidad… de hecho, la Eternidad, no es más que una sucesión de instantes…